Entrevista

Jaime Mateu, doble víctima de ETA: «Marlaska y Ortiz son unos indignos, les pido que dimitan»

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Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

José Francisco Mateu Cánovas, magistrado del Tribunal Supremo, estaba convencido de que ETA lo mataría. El 16 de noviembre de 1978, cuando cruzaba el portal de su casa para ir a trabajar, los terroristas le dispararon varias veces en la cabeza. Su hijo Ignacio decidió entonces ser guardia civil y entregarse a luchar contra la barbarie etarra. El 26 de julio de 1986, una bomba colocada en un campo próximo a la casa cuartel de Arechavaleta (Guipúzcoa) acabó con su vida. Tenía sólo 27 años.

El sanguinario Henri Parot fue condenado por el asesinato de José Francisco Mateu. Pero el de Ignacio sigue todavía impune. Tras años de lucha, y con las pruebas de la Guardia Civil, su familia logró sentar al histórico etarra Kubati en el banquillo de la Audiencia Nacional. Fue absuelto, pero los Mateu no se han dado por vencidos y esperan ahora la respuesta del Tribunal Supremo.

Jaime Mateu, hijo y hermano de los asesinados y diputado del Partido Popular, lleva décadas trabajando para que la memoria y justicia de las víctimas no caigan en el olvido. Hoy -cuando se conocen los contactos entre el Ministerio del Interior y el entorno etarra para conceder a los presos beneficios y excarcelaciones- su testimonio es, si cabe, aún más revelador del sufrimiento de centenares de familias en España, rotas por la barbarie terrorista. «Son unos momentos truculentos para las víctimas y sobre todo para la democracia española», dice en esta entrevista con OKDIARIO. Precisamente, del teléfono de Kubati -condenado por 13 asesinatos y 16 atentados frustrados- se extrajeron las conversaciones de WhatsApp analizadas por la Guardia Civil que han revelado la relación entre el mundo etarra y el Gobierno de Pedro Sánchez.

Pregunta.-¿Qué siente una familia como la suya cuando ve que el Gobierno de España mantiene una interlocución directa con el entorno de los presos de ETA para negociar beneficios, excarcelaciones y acercamientos?  

R.- Repugnancia, y no digo decepción, porque de este Gobierno socialcomunista se puede esperar cualquier cosa. Lo primero que quiero pedir, aunque les entre por un oído y les salga por el otro, es la dimisión del ministro Fernando Grande-Marlaska y de Ángel Luis Ortiz -secretario general de Instituciones Penitenciarias- como no puede ser de otra manera. Son unos indignos que están, a hurtadillas, ocultando este asunto a toda la ciudadanía española, no sólo a las víctimas. Este ocultismo y secretismo no nos sorprende. Es marca de la casa de la actuación del Gobierno y de esas cadenas que enganchan a Sánchez en el poder, que son los herederos políticos de ETA, los cinco individuos de Bildu en el Congreso de Diputados.

P.-Es terrible que, después de tanto tiempo hablando de acercamientos, de un trato preferente a los presos de ETA por parte del Gobierno, de que Bildu sea socio preferente de Pedro Sánchez, unas informaciones así ya no sorprendan… 

R.-La anestesia social es muy preocupante y es lo que está consiguiendo este Gobierno socialcomunista, porque va de tropelía en tropelía hasta la pelea final, que es cargarse la democracia en España. Está claro que han conseguido su propósito y la sociedad está anestesiada. Recuerdo que, en los años de plomo, cuando todos los fines de semana había asesinatos de guardias civiles, policías, fiscales, jueces… el comentario del lunes era qué partido de fútbol había sido el más exitoso, si había ganado Real Madrid, el Barcelona o el Athletic de Bilbao. Ahí ya me di cuenta de que, cuando transcurriesen más años, todo eso iría al hoyo del olvido. Yo pongo un símil que es el juego del gua de las canicas. Las víctimas del terrorismo somos esa canica que, empujaba por el transcurso del tiempo, va hacia el hoyo del olvido social. Y frente a eso, desde luego, nos vamos a rebelar. Pero no porque queramos tener ningún tipo de notoriedad en la sociedad, y lo hemos demostrado a lo largo de los últimos años. Hemos sido prudentes, discretos y cada uno ha peleado por su propio interés. Llega un momento en que no vamos a soportar más indecencia, más afrenta y el pisoteo de esos principios con los cuales todo el mundo se llena la boca, que son los de memoria, dignidad y justicia. Este Gobierno empuja a la indignidad, quiere borrar todo esto de la mente de los ciudadanos españoles, y lo están consiguiendo. Las víctimas no vamos a soportar ni a tolerar que se nos chulee de la manera que hace este indigno Gobierno, con un ministro del Interior al cual, en su momento, yo le tenía cierta admiración porque me parecía un juez valiente y, además, era compañero de mi padre.

P.-Desde el PP han pedido la dimisión de Marlaska y la creación de una comisión de investigación, ¿esperan que se asuma alguna responsabilidad?

R.-Hay un refrán que dice que todo esfuerzo inútil conduce a la melancolía. Nosotros, el Partido Popular y Jaime Mateu, como víctima integrado en este hermoso partido, no hemos caído nunca en la melancolía. Yo he tragado y tengo los arrestos para seguir peleando y no tragando con lo que nos dice esta gente. Por eso hemos pedido la dimisión de Grande-Marlaska, pero evidentemente no lo van a aceptar. ¿Cómo va a aceptar el Partido Socialista que se vaya Marlaska cuando están dando satisfacción a las pretensiones de los etarras y asesinos? Es imposible. Gracias a los cinco votos de Bildu -a cambio de los cinco presos que aproximaban todos los fines de semana- seguirán en La Moncloa. Pero, al menos, vamos a ser la voz en el Congreso, aunque el Congreso se haya dejado mucho en el camino por el advenimiento de unas fuerzas políticas que no luchan por España y la democracia, sino por desmembrar el país y la democracia. Seremos la voz autorizada para que todos los ciudadanos españoles que tengan interés en estos acontecimientos vean que hay un partido político que se preocupa por las víctimas del terrorismo. Y que entre sus filas está una persona que ha sido doble víctima del terrorismo.

P.- Hay una frase de su madre. «Que los asesinos de vuestro padre no nos vean cabizbajos». Sintetiza el coraje de tantas familias que han sufrido el azote de la banda terrorista. ¿Cómo se supera algo así, si alguna vez se supera?

R.-Pues con una fortaleza educativa, moral y religiosa aprendida y vivida en el seno de la familia desde chiquitín, que gracias a Dios nos dieron nuestros padres. Gracias a una gran formación en todos los sentidos, humanista, religiosa, cívica, educativa. Todo lo que estaba en sus manos nos lo concedían. Y, siempre lo digo, con unas firmes creencias religiosas, como decía mi padre. Con la fe de hablar con Dios como se hace con un amigo, sin aspavientos. Y, por supuesto, con los buenos amigos y la naturaleza de la familia Mateo Istúriz, que le ha dado la fortaleza para tirar hacia delante sin estar cabizbajos, como decía mi madre. A ella no había cosa que más le horrorizase que nos vieran como unas personas totalmente destruidas y derrotadas por esa banda asesina, que lo que pretendía era acabar definitivamente con la familia Mateu. Y no lo han conseguido. Después de tantos años, la familia Mateu sigue peleando para evitar que los asesinos de sus seres queridos estén en la calle, en libertad.

P.- Sí hubo condena en el asesinato de su padre pero el de su hermano sigue impune. Consiguieron sentar en el banquillo de la Audiencia Nacional a José Antonio López Ruiz, Kubati, pero fue absuelto y las responsabilidades por el crimen no se han depurado. 

R.- Efectivamente, el asesino de mi padre fue el comando itinerante francés dirigido por Henri Parot. Están cumpliendo condena. Pero, en el caso del asesinato de mi hermano Nacho, había indicios racionales de que habían sido Kubati y José Miguel Latasa Guetaria, Fermín. Desde el 86 hasta 2020 hemos intentado evitar la prescripción del delito con una intensa actividad judicial, en un camino duro, de ingratitud y siempre de la mano de la familia de la Guardia Civil, siempre pendientes de nosotros, ayudándonos, preocupados. Gracias a eso pudimos sentarles en el banquillo de la Audiencia Nacional. Pero, sorpresivamente, en una sentencia amplia y extensa que fue dictada en 30 días, fueron absueltos. Hemos recurrido en casación ante el Tribunal Supremo y está pendiente de resolución. Tenemos cierta esperanza por sentencias anteriores y esperemos que Kubati pueda pudrirse en la cárcel. La sensación de tenerle a menos de dos metros durante tres días en el juicio fue tremenda. Fue muy duro y queremos que quien lo haga lo pague.

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